A mis nietos y nietas


Si a vuestro paso habéis dejado caer alguna
espina, regresad, arrancadla y en su lugar sembrad
una rosa.

Vuestra abuela que os quiere tanto...


lunes, 16 de marzo de 2015

Volvemos a los Consejitos

                                                      

                          
Desde mi temporal inmovilidad, 
he hecho esta foto. 
¿Cómo? ¡Ah!

Queridos nietos y nietas:
¡Cómo habéis crecido! Me parece que fue ayer, cuando os recibí en mis brazos al nacer, y ya sois adolescentes y hasta algunos mayores de edad.
Pero eso no significa para mí mucho; tan solo que mis consejitos tienen que  ir por otros derroteros de cara a  los que ya habéis cumplido los catorce, quince, etc. años.
Así que yo escribo y vosotros  “recogéis” lo que os guste.

No caigáis en la tentación de querer pareceros a otros por muy famosos que sean, porque  lo mejor que tenéis es vuestra unicidad;  no la perdáis, porque de lo contrario seréis unos más de la serie, y los seres humanos somos tan únicos  que jamás uno más otro se les pondrá poner el signo del igual.

Entended, pues, las modas, que no a todos les van. Está bien que las sigáis pero sin perder ni un ápice de vuestra personalidad.

No sintáis vergüenza ni os consideréis cobardes por no hacer ciertas cosas o seguir costumbres comunes entre los de vuestra edad, pero que os pueden perjudicar. Hay que saber decir no, y eso no es una cobardía, sino, a veces, una heroicidad.

A vuestra edad la pandilla de amigos es muy importante, pero aún más lo siguen siendo los padres. No lo olvidéis y escuchadlos, cuando os quieran asesorar sobre algo.

Cuando vayáis a discotecas, conciertos, etc. evitad la excesiva euforia que hace que se pierda el sentido real de todo. Cuidad bien de saber dónde están las puertas de emergencia, huid de las aglomeraciones de entradas y salidas. Respetad y haceos respetar. Pasadlo bien pero no olvidéis esto: que al llegar a casa de vuelta, os sintáis igual, o mejor que cuando salisteis.

Sin poder evitarlo os cae mal lo que dicen y hacen vuestros padres porque ya no os gusta que os traten como niños, pero haced el esfuerzo de entender que, para los padres, los hijos siempre siguen siendo, como mínimo, un poco niños..

No marginéis a nadie por su condición; solo por su mala educación, aunque tampoco debéis humillarlos. Solo alejaos de ellos.

Hay que servir a todos, pero de igual a igual, porque, si alguien quiere engañaros para haceros esclavos, habrá que descubrirlo  y abandonarlo.


 Si vuestros padres se equivocan en algo,  no se lo echéis en cara. Todos nos equivocamos. Con buenas palabras dadle vuestra versión. Seguro que la entenderán.