A mis nietos y nietas


Si a vuestro paso habéis dejado caer alguna
espina, regresad, arrancadla y en su lugar sembrad
una rosa.

Vuestra abuela que os quiere tanto...


jueves, 5 de diciembre de 2013

CARTA DE LA CONSTITUCIÓN A MIS NIETOS/AS



¡Hola, queridos niños y niñas y queridos nietos y nietas de  Isabel Agüera! ¡Que no, que no es ella, que soy yo: La Constitución Española de 1978! ¡Jajaja! ¡Vaya carita que se os ha quedado! Lo siento pero hoy es mi cumple y quiero escribiros esta carta para que  sepáis  de mí. 
¡Vale, vale, ya sé que  puedo pareceros un rollo de mucho cuidado y sé que, de mala gana habéis atendido a las explicaciones que os han dado en el cole, en el instituto y tal vez en vuestras casas!
 Pero ya soy mayorcita y quiero ser yo misma la que me presente a vosotros. ¡Ea, pues aquí estoy! Es mi cumple porque yo también tuve un día de nacimiento, el 6 de diciembre de 1978 y, por cierto aquel acontecimiento de mi entrada en la vida española estuvo rodeado de  ¡siete padres!, hombres muy importantes que, tras tiempo de  discutir, pensar y concluir, consiguieron darme la vida con autorización del gran pueblo español y empezando, nada menos que por vuestro rey, Juan Carlos. Por eso, aunque me llamen Carta Magna, carta grande, yo nací  tan bebé como vosotros.
¡Ah, se me olvidaba por si os equivocáis en los años! ¡Cumplo  35 abriles? ¿Qué os parece? ¿Que voy para viejecita? ¡Ni que lo soñéis! Me queda mucho que hacer por todos, pero quiero seguir recordando aquel día primero de mi nacimiento. Veréis yo no soy de carne y hueso como vosotros sino de papel y eso no es ni bueno ni malo, sino distinto. En mí se puede leer y escribir sin más problema que mis hojas, con los muchos años, se pongan algo chungas, amarilleen y esas cosas, pero seguiré siempre ahí, en la historia de este país. 
Mi nacimiento fue debido a que tras la muerte de Franco -seguro que algo os han contado de él- España empezó a estar revuelta porque la gente pedía libertad, igualdad, participación, etc. Y, claro, los  que por entonces mandaban en España, dijeron: Esto no puede seguir así. Tenemos que  hacer algo para que todos los españoles estén contentos y vivan en paz. Ese algo fui yo que ya tenía seis  hermanas fallecidas. ¡Qué día aquel más importante! Sí, porque mis primera  vestidura, que me duran los años que tengo, no fue  otra que la bandera de España, y las letras que en mi hojas se escribieron hablan   de los derechos y deberes que tenéis todos. Así que mi nacimiento fue tan importante que  hoy es fiestas para todos los españoles: no hay cole, ni comercio ni nada, solo celebrar mi día, y yo sigo feliz queriendo que se cumpla todo lo que en mí se escribió, aunque se pueda acordar cambiar algo porque nada permanece igual eternamente.
Y ya me despido. Quiero oíros cantar  a todos aquello de cumpleaños feliz y que lo cantéis muy fuerte porque puede que me empiece a flaquera el oído. ¡Adiós amiguitos, que lo paséis muy bien este día comiendo jamoncito  o migas!