A mis nietos y nietas


Si a vuestro paso habéis dejado caer alguna
espina, regresad, arrancadla y en su lugar sembrad
una rosa.

Vuestra abuela que os quiere tanto...


domingo, 28 de agosto de 2016

Carta a mi nieto Gonzalo

Queridos nietos y nietas: de vez en cuando repaso obras, muchas, que tengo inéditas y me recreo en ellas porque, con el paso de los años, las tenía, prácticamente olvidadas. 
Anoche me visitaba mi Gonzalo el mayor de la cuadrilla, Con él, desde recién nacido, tuve una especial relación por lo que me inspiró varios obras, algunas ya editados como “Conversaciones con mi nieto” en la editorial Narcea, obra que ha sido reeditada en México y en Portugal. 
Entre las inéditas, y queriendo recordar vuestra infancia, releí en una titulada “Cartas a mis nietos”, obra que rezuma ternura, emoción, belleza y sobre todo, la maravillosa ingenuidad y lógica de  niños, inteligentes y reflexivos  como vosotros. Hoy os transcribo una cogida al azar y titulada, BELLAS, SÍ, BESTIAS, NO
A mi nieto Gonzalo
¡Hola, mi niño! Acabo de colgar el teléfono y me he puesto a escribirte. Tú, pequeño, a tus cuatro años y con ese chaquetón que te han comprado y del que te sientes feliz porque es, y a boca llena lo pregonas, para cinco años, eres ya un tío grande. Y es por eso que, entre otras muchas cosas, has aprendido a descolgar el teléfono y marcar mi número, cada vez que se te ocurre decirme algo. Y la verdad es que hoy he sentido preocupación y pena al oírte: "Abuela, ¿estás ahí? Es que yo no quiero ya soñar más con la bestia. Yo quiero soñar con la playa, con la tarta de mi cumpleaños, con los Reyes... ¡también con la bella!" "¡Pero si la bestia es buena!" -intentaba explicarte yo-. "Sí; ya lo sé, pero es muy fea y da muchas voces. A mí me gusta sólo cuando se convierte en príncipe”.
Y digo que me han preocupado tus precocidades por razones importantes que los mayores deberíamos conocer y tener bien en cuenta. Una de ellas es el tiempo que pasáis ante la tele. Es una cómoda manera de que estéis casi invisibles. Por otro, el dejaros a solas con cuentos que pueden resultaros, a niños sensibles e inteligentes, tan terroríficos como este.
Verás, vida mía, a partir de ahora mismo empezaré a escribirte una serie de cuentos que te hagan soñar con esas cosas bonitas que tú deseas. Me trae sin cuidado los rigores editoriales que, a veces, tan poco o nada saben de los niños. Mi libro será para ti. Yo te lo leeré y estoy segura de que tu preciosa carita de niño inteligente se transfigurará por una sonrisa pero, cuando seas mayor entenderás que sí, que el mundo está dividido en "bellas" y "bestias". No obstante esas bestias, que a mí también me dan miedo, por el escándalo que organizan, como tú dices, y por lo feas que son, ocultan un hermoso príncipe que, tal vez, como en la película, sólo precisen amor para desprenderse de su máscara de bestias. Con ella no nacieron. Fue algo que tampoco salió de la nada para ocultar su rostro, sino que fue resultando así poco a poco por culpa de todos: familia, sociedad, escuela…
¡Ojalá, vida mía, tú seas portador de esa varita mágica que llevamos todos en los bolsillos y que pueda ir borrando las pinceladas de aparentes bestias, hasta lograr el milagro de bellas, sí! Ese mágico borrador se llama amor. Sí, vida mía, amor, sólo amor necesitan esas feas bestias que andan por el mundo para escapar de su animalidad y transformarse, no en príncipes, sino en , maravillosos seres humanos.
Y esto te lo dice tu abuela que muchas veces ha presenciado tal milagro. Un beso tío grande. Tu próximo chaquetón será lo menos para seis años.
Siempre, desde el mismo día de tu nacimiento, hasta hoy, licenciado ya, con Masters y todo como profesor de filología inglesa, he querido estar muy cerca de ti, y ahí seguiré estando.





miércoles, 24 de agosto de 2016

A mis nietos con amor


Queridos nietos y nietas:
¡Cómo habéis crecido! Me parece que fue ayer, cuando os recibí en mis brazos, que se tornaron el más cálido  y tierno abrazo que podíais recibir al llegar   a este mundo.
Pero eso no significa  que os quiera eternamente niños, significa tan solo justificar que mis consejitos tienen que  ir por otros derroteros de cara a  los que ya habéis cumplido los catorce, quince,  y hasta veinte años.
Así que yo escribo y vosotros  “recogéis” lo que os guste.


No caigáis en la tentación de querer pareceros a otros por muy famosos que sean, porque  lo mejor que tenéis es vuestra unicidad;  no la perdáis, porque de lo contrario seréis unos más de la serie, y los seres humanos somos tan únicos  que jamás uno más otro se les pondrá poner el signo del igual.Entended, pues, que las modas que tanto os gustan no a todos les van. Está bien que las sigáis pero sin perder ni un ápice de vuestra personalidad.

No sintáis vergüenza ni os consideréis cobardes por no hacer ciertas cosas o seguir costumbres comunes entre los de vuestra edad, pero que os pueden perjudicar. Hay que saber decir no, y eso no es una cobardía, sino, a veces, una heroicidad.
A vuestra edad la pandilla de amigos es muy importante, pero aún más lo siguen siendo los padres. No lo olvidéis y escuchadlos, cuando os quieran asesorar sobre algo.

Cuando vayáis a discotecas, conciertos, etc. evitad la excesiva euforia que hace que se pierda el sentido real de todo. Cuidad bien de saber dónde están las puertas de emergencia, huid de las aglomeraciones de entradas y salidas. Respetad y haceos respetar. Pasadlo bien pero no olvidéis esto: que al llegar a casa de vuelta, os sintáis igual, o mejor que cuando salisteis.

Sin poder evitarlo os cae mal lo que dicen y hacen vuestros padres porque ya no os gusta que os traten como niños, pero haced el esfuerzo de entender que, para los padres, los hijos siempre siguen siendo, como mínimo, un poco niños..

No marginéis a nadie por su condición; solo por su mala educación, aunque tampoco debéis humillarlos. Solo alejaos de ellos.

Hay que servir a todos, pero de igual a igual, porque, si alguien quiere engañaros, con aparentes halagos, desconfiad porque lo más probable será que, cuando más os entreguéis y menos esperéis, os traicione.

No devolváis nunca mal por mal, ya que, si así lo hacéis, estaréis multiplicando el mal y de lo contrario estaréis haciendo crecer el bien.

Si vuestros padres se equivocan en algo,  no se lo echéis en cara. Todos nos equivocamos. Con buenas palabras dadle vuestra versión. Seguro que la entenderán.


Y, bueno, lo dejo por hoy que os conozco y aunque me digáis: ¡que sí, abuela!, para vosotros estaréis pensando: ¡qué pesada mi abuela!

sábado, 13 de agosto de 2016

El árbol de los besos. Para mis nietos


Mis queridos nietos y nietas. Hoy, domingo, vos voy a contar un cuento que escribí para vosotros hace ya años. Se titula EL ÁRBOL DE LOS BESOS. Leedlo y pensar unos minutos. un día mąs, os quiero mucho.

Una mujer paseaba cada día por un hermoso jardín. Al pasar por un árbol de tronco corpulento se dejaba caer sobre él y lo besaba, admirando su fortaleza y grandes ramas que se alzaban majestuosas.
La mujer se decía al depositar cada día su beso: ¡Qué pena que el árbol no pueda saber cuánto lo quiero y cuánta sombra y frescura me da! Es tan grande y poderoso que mi beso es más pequeño que el paso  de cualquier hormiga de las que tantas hay por entre sus cortezas. 
No obstante, la mujer persistía en su empeño. Y cada vez que pasaba junto a él en su diario caminar, a la altura de sus labios, besaba repetidamente la corteza del árbol, dándole así las gracias.
Y sucedió que un día, cuando ya apuntaba la primavera, una mañana, sorprendida la mujer observó cómo justo en el  sitio de sus besos empezaba a despuntar una pequeña rama que día a día crecía hasta que una mañana, de la rama brotó una florecilla,  y de ésta una semilla, que iba cayendo a la tierra creció en nuevo árbol.
La mujer, a partir de entonces, en su diario caminar, besaba cuantos árboles encontraba en su camino. Y así en poco tiempo aquel jardín se convirtió en grandes sombras que refrescaban los caminante.

¿Lo habéis entendido? Sí, eso, que quitemos espinas y sembremos besos. El mundo podría ser mejor, si besáramos a todos sin molestar, ni despreciar a ninguno,

miércoles, 3 de agosto de 2016

Hacemos teatro

Mis queridos nietos y nietas: mañana empezamos el ensayo de la órbita que os dije para hacerles pasar un buen rato a vuestros padres, Leedlo despacio y poneos de acuerdo en el reparto de personajes que os dejo a vosotros para que aprendáis  a ser objetivos, repartiendo y asignando para cada interpretación.el o los que mejor lo puedan hacer, aunque debeís intervenir todos.

EL GORRIÓN TARTAMUDO
-NARRADOR
Un gorrión se quejaba y decía:
-GORRIÓN.
-¡Ay, ay, que no puedo piar / que se me agolpan los píos / y mi pico no los puede controlar.
-NARRADOR:
Unos niños del cole lo vieron  llorar / a coro le dijeron: No llores, te vamos a enseñar
-CORO (Rodeando al gorrión)
A la rueda, rueda / de  pío, pío  / este gorrión no sabes piar / es tartamudo y le vamos a enseñar / ¡Pío, pío, pío pa! / Repite,  este estribillo, / que seguro aprenderás.
-GORRIÓN. (Lloriqueando)
-¡No puedo piar / que se me agolpan los píos / y mi pico no los puede controlar.
-CORO
No tengas miedo y  repite ya /   El pío, pío, pío, pa / juguemos a  la rueda /
A la rueda, rueda del pío, pío, pa  / otra vez, vamos todos juntos / vamos  a probar / Repite con nosotros, /Pío, pío, pío, pa!
-NARRADOR:
Y los niños del cole, repitieron sin cesar, el pío, pío, el pío píopa / y el pajarito, de pronto, comenzó a piar.
-GORRIÓN: (Muy contento)
-¡Bien, bien! ¡Soy un pájaro feliz, soy un gorrión más / Ya sé jugar, sé cantar, Ya sé reír… ¡Despertad, niños hermanitos / que ya sé piar / pío, pío, pío, pa! /  
(Se cogen todos de la mano y jugando al corro, cantan con ritmo y con la música, Qué llueva, qué llueva / la Virgen de la Cueva..,)

¡Qué bien, qué bueno / poder ayudar / a que un pajarito / aprenda a piar /
Antes o después / ayuda buscaremos, ayuda que nos den los demás / y podamos seguir entonando / el pío, pío, pío, pa.

9