A mis nietos y nietas


Si a vuestro paso habéis dejado caer alguna
espina, regresad, arrancadla y en su lugar sembrad
una rosa.

Vuestra abuela que os quiere tanto...


miércoles, 22 de enero de 2014

Enseño a mi nieto a escribir una poesía


Nubes de colores pasean por el cielo, 
y  yo las saludo con mi  pañuelo.


Mi Gabriel a sus  10 años es ya -lo ha sido siempre- un niño muy trabajador y responsable. 
Ayer me dijo al teléfono: abuela,  tengo que llevar el viernes  unas poesías y no sé cómo se escriben.
Y yo le dije: Vale. Vente mañana y te enseño algo.
Así que, al día siguiente por la tarde, nos pusimos a trabajar.  
Yo le dije: Vamos a empezar  con una muy sencillita que la vamos a dedicar a una pajarita de papel, y  yo voy a ir escribiendo lo que se nos ocurra a los dos. ¿Vale? Vale
Así que empiezo:
Un dos, un dos, un dos / pajarita de papel / un dos, un dos a picar en …. 
Ahora te toca a ti decir palabras que suenen bien con  dos. ¿Y qué quiere decir que suenen bien? Verás, lindo, hay sonidos que se parecen. Por ejemplo, el de una campanita y el de una cucharilla, si la movemos en un vaso. Hay otros que  no se parecen en nada. Por ejemplo, la campanita y  el sonido del tambor. Así hay palabras que, al pronunciarlas, se parecen a otras. Por ejemplo, la palabra dos, se parece a flor. ¿Entiendes?
Me parece que sí.
Ea, pues escribe palabras que suenen parecido a dos.
Y escribió: calor, sol, arroz, valor…    
¡Bien! Pues si decimos… a picar… ¿cuál palabra elegimos? Arroz, ¿no?
¡Eso es! Ya tenemos: Un dos, un dos / pajarita de papel / un dos, un dos a picar en el arroz…
Pero vamos a tratar de hacerla más larga. Sigo yo.
¡Un dos, un dos! /¡Pajaritas de papel! Pajarita bailarina a picar…
Venga, palabras que suenen, se llama rima, con bailarina.
Escribió: harina, gallina,  cocina, mandarina… ¿No? ¡Sí, muy bien!
Yo creo que la mejor –le dije- es cocina. Así que ya tenemos un poemita que vamos a escribir enterito:

¡Un dos, un dos!
¡Pajaritas de papel!
¡Un dos, un dos!
¡A picar en el arroz!

¡Un dos, un dos!
¡Pajaritas de papel!
¡Un dos, un dos!
Pajarita bailarina
a picar en la cocina.

Ahora te voy a escribir yo una para que me subrayes de rojo las palabras que  te suenen  parecidas. Tengo muchas en un libro de poesías para niños. Esta se titula… ¡Que llueva! 
¡Que llueva, que llueva!
¡Que caiga mucha agua!
¡Que llueva, que llueva!
¡Que abra mi paraguas!
Que llueva para arriba
que llueva para abajo,
que llueva al derecho,
que llueva al revés.
¡Que llueva, que llueva
que no deje de llover!
Y subrayó: agua, paraguas, revés, llover.
¡Estupendo! Otro día seguimos, pero te voy a dar el libro para que vayas conociendo las rimas, o palabras que suenen parecido. ¡Vale! ¡Ah! Y otra cosa: A ver si alargas más la pajarita de papel o escribes poemitas cortitos como, por ejemplo, este:
En la punta de la nariz
La luna tiene un lunar
Por las noches se lo veo
Por las noches nada más.

¡Qué graciosa, abuela! Adiós, mi niño precioso. Cuando seas mayor comprenderás que todo en la vida puede ser poesía, si en nuestros ojos  está instalado el cristalito mágico del amor.