A mis nietos y nietas


Si a vuestro paso habéis dejado caer alguna
espina, regresad, arrancadla y en su lugar sembrad
una rosa.

Vuestra abuela que os quiere tanto...


jueves, 29 de septiembre de 2016

Onomástica de mi Gabriel


Mi querido nieto Gabriel: hoy celebramos el día de los Arcángeles y por tanto tu onomástica: Arcángel Gabriel. Sabes que t llamo mi ángel, porque eres tan bueno y especial que me ayudas en todo, a pesar de tus pocos años, y lo haces en silencio y sin que te lo pida.
Quiero  desearte lo mejor del mundo en este día y en todos, aunque eso no esté ni en mi mano ni en la tuya, pero una cosa sí depende  de nosotros: el entender qué es lo mejor, porque hay quien espera grandes cosas para tener lo mejor y ser feliz, pero  las pequeñas de cada día  pueden ser  gotas de felicidad que no podemos dejar sin recoger.
Hoy recuerdo especialmente aquel día que repasábamos un álbum de fotografías. Ramón, tu hermano de cuatro años, no quería reconocerse en sus fotos de bebé. Ese gordo no soy yo –decía triste-. Y tú, echándole un brazo por encima, exclamaste: ¡que no, que ese soy yo, tonto! Jamás he presenciado una escena de amor más puro y auténtico. En fin, mi querido Gabriel,  hoy te la recuerdo, porque ya vas siendo mayor y quiero decirte algo del amor, ya que  es lo más importante que debes aceptar como compromiso de vida con todos los seres humanos.  Aquel día que asumiste la peor parte para evitar un sufrimiento a tu hermano, estabas amando a Dios y al prójimo. 
Sigue siempre  por ese camino. No te resultará fácil, ya que se te exigirá, y te exigirás mucha tolerancia y empatía con un mundo tan complejo como el nuestro, pero será la única forma de llenar tus bolsillos de felicidad para ti y para tantos seres humanos infelices que se te cruzarán en el camino.
Te quiero muchísimo y para siempre serás mi precioso  ángel.




sábado, 17 de septiembre de 2016

A mis nietos: ¡la luna!

Mis queridos nietos y nietas: ¡la luna! Sí, algo tan, aparentemente normal, tan repetido a través de nuestros años  que como  una rutina más la vivimos sin reparar ni un instante su gran belleza, en el gran misterio del universo.
Vuestra abuela quiere deciros que no perdáis de vista  los maravillosos paisajes  del cielo: nubes, tormentas, estrellas, lunas… Allí encontraréis  paz y armonía, siempre.
En esta ocasión, la luna última de verano me ha sorprendido como queriendo jugar al escondite conmigo. Aquí la tenéis.




martes, 6 de septiembre de 2016

Foto rotulada





A mi querida nieta Amalia, que tan gran esfuerzo le costó llegar, 
y a los ocho, mis queridos nietos.

jueves, 1 de septiembre de 2016

Mis queridos nietos y nietas. Hoy, primer viernes de este mes de septiembre, que no volverá, deseo lo vistamos de gala, y eso quiere decir que sobre el lienzo de nuestras vidas, demos las mejores pinceladas, valorando  las muchas cosas pequeñas del día. 
Hoy, os transcribo uno de mis relatos breves para que reflexionéis en la atención, cariño y solidaridad que debemos tener con los mayores, enfermos, necesitados, etc. 

CAMINOS ROTOS
Él, anciano de pelo muy cano que le rebasaba el ala de un destartalado sombrero,  mirada grande, palabras pacientes, tiernas, murmullo de caricias infinitas. Pasos cortos, torpes, macilentos, viejos… Manos agarrotadas por una galopante artrosis.
Ella, rebosante de carnes blandas, en un sillón de ruedas, apenas hablaba, apenas se movía, apenas rastro de ser humano, bulto vegetal que, de vez en cuando, en un  galopante alzhéimer, mascullaba ininteligible y agrios,  sonidos.  .
Él y ella, inquilinos, por caridad, de una mísera habitación por casa. Matrimonio de toda una vida, cargados de hijos, en soledad y abandono, convivían.
Ella, estática, eclipsada, perdida… ¡Sabe Dios! 
Él, amor a flor de piel, escuchaba y respondía a sus exigentes silencios e incansables urgencias: sí,  ya te voy a dar de comer, ya te voy a lavar, a peinar, a poner guapa. ¡Ya voy! ¡Ya mismo voy!
Él y ella, a veces, en silencio, se miraban, como queriendo reverberar,  con fervor de lágrimas, migajas de recuerdos, voces ahogadas, silencios de años, caminos rotos…