Hoy, después de la peleílla que
he presenciado por el turno de la Tablet, quiero aprovechar para hablaros de
una palabra que repetía Javier, cuando Isabel María no le dejaba la Tablet,
tras lo acordado de una hora cada uno. Pues, sí repetía y con razón: ¡No es justo, no es justo!
Con frecuencia digo que los
niños no entienden muchas de las
palabras que decimos los mayores y damos por hecho que las comprenden y las
usan con pleno conocimiento de lo que dicen. Y no es así, sino que, por el
contrario, los niños, sobre todo cuando
son pequeños, entienden literalmente lo que decimos. Recuerdo que, cuando
Gonzalo tenía tres años, la tita Isa me lo dejaba y yo lo llevaba a la
guardería, pero antes desayunábamos en la cafetería de Tamicos. Un día estaba
jugando con otro niño y yo le dije: deja
de jugar y tómate la leche que nos pilla el toro –expresión que quiere decir que nos llega la hora de lo
que tengamos que hacer, que se nos hace tarde-. ¡Bueno, bueno el susto que
pasó! Corrió hacia mí repitiendo a media lengua: ¡me da miedo del toro, abuela!
No obstante esta realidad que os cuento, la palabra justicia
fue muy bien empleada por Javier y es
que yo creo que sí, que sabéis todos lo
que significa por la cuenta que os trae en cuatro cosillas sin importancia,
pero que, como os interesan, habéis aprendido, sin más explicación que pedir lo que creéis os
corresponde.
Y ese es ,más o menos, el
significado de la palabra justicia: dar a cada uno lo que le corresponde.
Cuando yo era niña se representaba la justicia como una señora que, con los ojos tapados, sostenía una
balanza con los dos platillos a la misma altura –esas balanzas ya no se usan-.
Y eso significaba que aún sin ver, se
equilibraba todo o, lo que es igual, se
repartía por igual.
Pero a veces sucede que se pide justicia para nosotros, porque no
soportamos que alguien, sea quien sea,
abuse de ella y sea injusto en cosas que
nos atañen, pero yo hoy quiero deciros que
la justicia es un valor que hoy, por hoy, se nombra mucho y se ejerce
poco. ¿A qué habéis oído decir, “la justicia es igual para todos”? Yo creo que
es lo que debiera ser pero no siempre se cumple lo correcto. Por eso os voy a dar unos consejitos de cara a que
seáis justos con todo y con todos.
Si un hermano o compañero
sabéis que estudia más que vosotros y saca mejores notas, reconocedlo y no
recurráis a lo que, como maestra, sobre todo, he oído muchas veces: es que es el favorito de la seño, es que la
tienen tomada conmigo, etc.
Cuando haya que repartir algo
entre hermanos o amigos, procurad hacedlo de forma que el reparto sea
equitativo, O sea, justo.
A veces las cosas se hacen en función de la edad, y
no por eso son injustas. Por ejemplo, si Gonzalillo, a sus cuatro
años, quisiera un móvil como el de su hermano de once años no
sería injusto el que no se lo compraran. ¿A que lo entendéis?
Es cierto que, por ignorancia,
los padres o los maestros nos equivocamos y, por ejemplo, de dos que se pelean,
castigamos al mayor si atender a que el culpable ha sido el más pequeño. Eso es
injusto, pero entended que algo de culpa tiene siempre el mayor por el hecho de
serlo y poder evitar lo que el pequeño seguro que no entiende.
Los mayores, que sois ya casi
todos, debéis estar dispuestos a ayudar a los demás sin juzgarlos. Es decir,
siempre, aunque en alguna ocasión que conozcáis se trate de persona que no se haya
comportado correctamente. Me encantó lo que escribió Gonzalo, que como sabéis
volvió de Escocia dónde convivió con compañeros de otros países: Ya sea a centímetros de ti o a miles de
kilómetros siempre habrá alguien que esté dispuesto a ayudarte e informarte y
hacerte todo más fácil. Gente amable y con un gran corazón se merecen todo. Estas
son sus palabras que no pueden expresar mejor lo que os estoy queriendo decir.
Aprended a apreciar a los demás como seres humanos
completos que merecen respeto y oportunidades, sean o no de otro país o de otra
raza.
Es de justicia respetad, atended y amar a
las personas mayores como abuelos que tanto os quieren y tanto os dan.
También es de justicia el respeto al medio
ambiente. Por ejemplo, no haciendo ruidos estrepitosos que molesten, cuidando a
los animales y plantas, siendo
conscientes de que no se debe abusar de lo que no nos pertenece. Por ejemplo,
si entramos a un lavabo donde hay peine, jabón, toallitas, etc. usando solo
lo preciso y jamás llevándonos lo
que sea del servicio público.
En fin, mis queridos nietos que si todos
practicáramos lo que es justo este mundo sería mucho mejor y, por supuesto muy
distinto al que nos ha tocado vivir, aunque no por eso tengamos que
conformarnos y cruzarnos de brazos. No, hay que practicar y reivindicar
justicia para todos. El mundo no se arregla solo; lo hacemos aportando cada uno
lo que debemos.
Así, que ¡hala a ser justos y ayudar a que
los demás lo sean!
FRASES CÉLEBRES
·
Ganamos justicia más
rápidamente si hacemos justicia a la parte contraria.
·
Si la justicia existe tiene
que ser para todos; nadie puede quedar excluido; de lo contrario ya no sería
justicia.
·
La justicia no espera ningún
premio. Se la acepta por ella misma. Y de igual manera son todas las virtudes.
Y esta es la imagen de la que os he hablado que encontré en Google.
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