Querida abuela, hoy 24 de enero ya hace muchos años que
viniste al mundo y bendito día en el que
llegaste, porque
eres la persona que ha formado esta gran familia. Eres una gran madre, abuela¡,
hermana maestra y me consta que fuiste una gran hija.
En
estos veinte años que llevo viviendo, te recuerdo en cada uno de los momentos
más significativos de mi vida. Has sido un pilar muy importante en estos años,
y con el paso del tiempo me he dado cuenta la gran persona que eres: incansable
mujer luchadora y buena, a pesar de los tiempos que corrían en aquella época de
tu magisterio por aldeas y pueblos.
Por eso, para mí eres un ejemplo de esfuerzo y
constancia, porque eres lo que tú has conseguido: llegar lejos, muy lejos, y
así quiero ser yo, aunque creo que no alcanzaré
ni la mitad de lo que tú tienes y eres. Para mí, un gran ejemplo a
seguir, y no solo para mi, sino para todas las personas que te rodean y
conocen.
Gracias
por enseñarme todo lo que sé, por hacer de mi una mejor persona, por ayudarme
en cualquier cuestión ya fuera literatura o filosófía, e informarte hasta del
último dato para que yo pudiera sacar una gran nota.
Somos diferentes, abuela, pero a la vez tan iguales, en muchas cosas trascendentes. Creo que eres una de las personas que mejor me conoce, sabes lo sentimental que puedo llegar a ser y sabes conseguir que me alegre aunque tú estés peor que yo.
Somos diferentes, abuela, pero a la vez tan iguales, en muchas cosas trascendentes. Creo que eres una de las personas que mejor me conoce, sabes lo sentimental que puedo llegar a ser y sabes conseguir que me alegre aunque tú estés peor que yo.
Doy
gracias a la vida, por haberme dejado que te conozca y dejarme pasar todo este
tiempo a tu lado, y le pido que siga manteniéndote a mi lado durante muchos
años más. Que sean los 85, los 90 y los 100, porque eres una de las mujeres mas
fuertes que conozco, a pesar de los problemas que se te presenten. Felicidades
abuela, gracias por ser tu. Te quiero. Amalia.