Mis queridos nietos y nietas: ¿a qué no sabéis que la abuela ha ido escribiendo un Diario con vuestras
pequeñitas cosas? ¡Pues sí! Así que cómo
las ignoráis, porque erais mu chiquitines, os las voy a ir recordando:
Día 6 de septiembre
Mi Gonzalo me dice, al ir a recogerlo: abuela, Mónica dice ya no soy su novio; que me ha dejado
pero yo lo que digo es que no me
puede dejar porque nunca me ha pillado.
Sin comentarios, lindo.
Día 3 de octubre
Hoy he tenido aquí a tres
nietos: hemos jugado al esconder por el piso, que vaya cómo se ha quedado. A mi Javier le encanta agachar la cabeza en
mi falda y que yo canturreé: uni, dolis, trelis, caitolis, etc., mientras los
otros dos se esconden
También jugamos a la gallinita ciega. Yo soy la gallinita. Ellos, que
nada sabían de este juego, se lo han pasado de miedo.
Ya se fueron y el silencio ha vuelto a esta casa, pero he sido feliz
porque ellos lo han sido.
Día 12 de diciembre:
Mi chica ve un anuncio en la tele en el que aparece un negro. Dice: abuela,
ese hombre no me gusta. ¿Cual? -le pregunto- El que está coloreado -explica
señalando al negro.
¡Qué graciosa y qué lista!
Día 14 de diciembre:
Mi Gonzalo quiere guardar dinero en la hucha porque dice que si, cuando
sea mayor, no se puede comprar un coche o una moto, no podrá ir a trabajar, y
si no puede ir a trabajar, no ganará dinero y,
si no gana dinero será será un pobre.
Le explico que más importante que el coche o la moto para ir a trabajar
es estudiar y prepararse para trabajar.
Me contesta tan ingenuamente que ya no tengo respuesta: ¿Y si el trabajo para estudiar está lejos, que voy volando?
Día 15 de diciembre:
Mi Javier está muy contento porque le han puesto luces en su dormitorio -alógenos-. ¡Mira, mira, abuela mis luces; son como las
de Navidad! ¡Qué agradecido es mi
chiquitín!
Día 20 de diciembre
Me quedo con mis niños porque su madre va de compras. Gonzalo juega al
fútbol en el poliodeportivo y mete un gol. Yo espero con mi Javi en la
cafetería. No cesamos en el juego. Después venimos a casa y vemos una película.
Cuando llega su madre no se quieren ir. Nos quedamos con la abuela, nos quedamos con ella -repiten-, porque nos divierte.