Cumpleaños feliz
Mi querido Gonzalo: Tus dudas, tus repentes, tus contradicciones… son para mí como descubrimientos que me llevan a colarme en tu piel y sentir que, a pesar de tus dieciocho años, sigues siendo un niño, pero un niño que empieza a cuestionarse la vida, las responsabilidades y los comportamientos humanos. De ahí que no encajen en tu mente, y menos aún en tu corazón, los vaivenes de una sociedad que te sirve en bandeja manjares que, mezclados con sustancias contaminantes, empiezan a causarte como indigestión y te crean incertidumbres que vomitas de forma tan ingenua y natural que me emociona el oírte y casi me deja sin respuestas.
Hace años caí en la cuenta de que nadie tiene
esa verdad absoluta que tú buscas con los oídos bien abiertos a lo que decimos
los mayores, sobre todo. Esa verdad te la tendrás que fabricar tú solo, con la
experiencia que te irá dando la vida. Los humanos somos vulnerables, somos pura
necesidad de tener seguridades. Y las buscamos, apoyándonos en otros tan
frágiles o más que nosotros.
No encontrarás mejor soporte, mejor bastón que
aquel que vaya creciendo en tu interior y que con voz poderosa te dictará cómo
y qué hacer en cada caso.
Los seres humanos nos parecemos mucho todos y
es por eso que hay que disculpar los errores ajenos, ya que de igual forma nosotros podemos caer en
ellos. Sucede que los caminos, la formación, la familia, todo influye en la
forma de ser de cada uno. ¿Has pensado alguna vez por qué bebería aquella tu
profe de Religión? Puede que tuviera un grave problema del que trataba de
olvidarse, puede que, por alguna razón, nadie le habló a tiempo de los riesgos
de la bebida. ¡Cualquiera sabe! No se debe, pues, juzgar tan solo por lo que
vemos, hay que mirar más allá de lo que no vemos. Un día en la playa estaba yo
haciendo fotos a las olas. Un marinero que me vio me dijo: Si quiere
fotografiar las maravillas del mar, no mire solo las olas; mire a lo más
profundo. Y jamás olvidé aquella lección: Siempre hay mucho más de lo que vemos
en un simple mirar. ¿Entiendes, verdad?
Tu abuela, esta que tanto te quiere, te he
dicho, cayó en la cuenta, hace ya muchos años, de lo sabia que podía ser, si se
alejaba de la manada, de la bandada de cuervos y como águila, volaba sola pero
muy alto par poder ver con perspectiva el auténtico valor de todas las cosas.
Antes de dar
un paso guiado por los demás, detente a contemplar, no tu
individualidad, sino la parte de todo, y de todos, que eres y verás cómo ese
paso marcará profunda huella en el albero de tu caminar, si lo das con
responsabilidad. Allí, solo allí, leerás respuestas sin trampas. Re quiere mucho tu abuela.