¡Hola, queridos niños y niñas
y queridos nietos y nietas de Isabel Agüera! ¡Que no, que no es ella, que
soy yo: La Constitución Española de 1978! ¡Jajaja! ¡Vaya carita que se os ha
quedado! Lo siento pero hoy es mi cumple y quiero escribiros esta carta para
que sepáis de mí.
¡Vale, vale, ya sé que
puedo pareceros un rollo de mucho cuidado y sé que, de mala gana habéis
atendido a las explicaciones que os han dado en el cole, en el instituto y tal
vez en vuestras casas!
Pero ya soy mayorcita y
quiero ser yo misma la que me presente a vosotros. ¡Ea, pues aquí estoy!
Es mi cumple porque yo también tuve un día de nacimiento, el 6 de diciembre de
1978 y, por cierto aquel acontecimiento de mi entrada en la vida española
estuvo rodeado de ¡siete padres!, hombres muy importantes que, tras
tiempo de discutir, pensar y concluir, consiguieron darme la vida con
autorización del gran pueblo español y empezando, nada menos que por vuestro
rey, Juan Carlos. Por eso, aunque me llamen Carta Magna, carta grande, yo nací tan
bebé como vosotros.
¡Ah, se me olvidaba por si os
equivocáis en los años! ¡Cumplo 35 abriles? ¿Qué os parece? ¿Que voy para
viejecita? ¡Ni que lo soñéis! Me queda mucho que hacer por todos, pero quiero
seguir recordando aquel día primero de mi nacimiento. Veréis yo no soy de
carne y hueso como vosotros sino de papel y eso no es ni bueno ni malo, sino
distinto. En mí se puede leer y escribir sin más problema que mis hojas, con
los muchos años, se pongan algo chungas, amarilleen y esas cosas, pero seguiré
siempre ahí, en la historia de este país.
Mi nacimiento fue debido a que
tras la muerte de Franco -seguro que algo os han contado de él- España empezó a
estar revuelta porque la gente pedía libertad, igualdad, participación,
etc. Y, claro, los que por entonces mandaban en España, dijeron: Esto no puede seguir así. Tenemos que
hacer algo para que todos los españoles estén contentos y vivan en paz.
Ese algo fui yo que ya tenía seis hermanas fallecidas. ¡Qué día aquel más
importante! Sí, porque mis primera vestidura, que me duran los años que tengo, no
fue otra que la bandera de España, y las
letras que en mi hojas se escribieron hablan de los
derechos y deberes que tenéis todos. Así que mi nacimiento fue tan importante
que hoy es fiestas para todos los
españoles: no hay cole, ni comercio ni nada, solo celebrar mi día, y yo sigo
feliz queriendo que se cumpla todo lo que en mí se escribió, aunque se pueda
acordar cambiar algo porque nada permanece igual eternamente.
Y ya me despido. Quiero oíros cantar
a todos aquello de cumpleaños feliz y que
lo cantéis muy fuerte porque puede que
me empiece a flaquera el oído. ¡Adiós amiguitos, que lo paséis muy bien este día
comiendo jamoncito o migas!