¡Pues sí!
Mañana, dicen, es el día de los enamorados. ¡Qué sí, que lo sé, que ya
andáis
paseando secretillos que no obstante son evidencia en el brillo de vuestras
pupilas y en el rojo aterciopelado de vuestro rostro!
¡Y qué
ilusión me hace saber que mis nietos y nietas empiezan a conocer ya algo
importante de la vida como es la llamada del amor!
Sois como
pequeños capullos que empiezan a desplegar sus preciosos pétalos y tras
ellos, poco a poco, vais asomando vuestra expectante
mirada, vais notando como os crece en latidos el
corazón ante el escenario del mundo que os espera.
Y sí, es
hermoso, encontrar complicidad en la mirada de otro/a, y es hermoso
notar que la sangre nos corre y nos acelera los pulsos, y que nos nacen
ilusiones hasta entonces, inéditas, y que nuestros sueños tienen destino,
nombre y que nuestros pasos encuentran pies que nos acompañan y nuestras manos
calor que las acarician... Es el amor que iza bandera, es el amor que, como
ferviente antorcha, se enciende y os invita a correr con ella bien alta,
la gran aventura del vivir en pareja.
Guardad, sí,
vuestro secreto, aunque a esta abuela no la podréis engañar porque aprendió a
leer, a rotular, a convertir en lema de su vida, la palabra AMOR.
¡Ah! Pero
quiero deciros algo para que abráis bien los ojos y no os dejéis seducir por el
aleteo de mariposillas engañosas. No siempre es amor lo que parece, por muchas
palabras bonitas que disparen sus labios, por muchas promesas que os juren, por
muchos regalos que os halaguen....
Si es amor
de verdad, lo reconoceréis por sus obras, sencillas, muy sencillas, pueden ser,
pero siempre delicadas, respetuosas, amables, sinceras... Y no solo con
vosotros/as sino con todos los seres humanos, en general. El que ama, ama
siempre, ama a todos, aunque no siempre desde el mismo vínculo.
¿Me
entendéis? Yo creo que sí, y creo que lo sabéis ya mejor que yo misma, que más
de una vez fui engañada.
Y otra cosa;
para el amor no hay almanaque, día, fecha; hay una vida.
Y todas las
rosas del mundo en un ramillete de besos para vosotros de esta
abuela que se siente feliz y agradecida por saberos.... ¡bueno, dejémosles, con
secretillos!