Mis
queridos nietos y nietas: tiempo sin aparecer por aquí, pero vosotros conocéis
bien la causa. La vida, mis queridos niños es como un caminar a lo largo de
nuestra existencia. Habrá caminos llanos, llenos de luz, de música, de alegría,
pero también habrá tropezones, baches y hasta profundos pozos en los que
podemos caer.
No
obstante, mientras estamos vivos, aún cayendo en el más profundo y oscuro pozo,
tenemos que buscar una escala que, con esfuerzo, por supuesto, nos conducirá de
nuevo a la luz. Yo en ella veo la mano de
un Dios que no me falla, pero mi fe no os la puedo ni quiero imponer.
Vosotros, con vuestras propias experiencias, llegaréis a entender.
Y
hoy, cuando por primer día, empiezo a ver la luz, lejana sí, pero luz, lo
primero que quiero es deciros que
siempre, siempre sigáis adelante porque, al nacer, y eso también es cosa
mía, todos encendemos una estrella que nos acompaña en nuesttos días y noches.
A veces la perdemos de vista pero hay que buscarla y seguir su rastro.
Os
quiero muchísimo. Abuela Isabel
¿Os gusta el dibujito? Eso es; un ser humano busca su estrella