Desde mi terraza
Ayer me preguntaba Gabriel:
-Abuela, ¿por qué la Semana
Santa , como la feria, no tiene siempre la misma fecha?
-Pues, verás -le contesté-, la verdad es que yo también
tardé en enterarme, y es una cosa muy sencilla y que mucha gente no sabe.
En un concilio –como
una reunión-, la iglesia acordó que la Pascua de Resurrección, o sea el
domingo, el último día de Semana Santa, se celebrara el domingo después de la primera luna llena que siguiera al
equinoccio de primavera…
-¿Y eso tan raro de
equinoccio qué es, abuela? –me preguntó
mi Gabriel y con mucha razón, porque nadie se lo ha explicado.
-El equinoccio
se refiere a un suceso astronómico que pasa dos veces al
año. El primero alrededor del 21 de
marzo y el segundo alrededor del 21 de septiembre. El primero se llama el
equinoccio de primavera o vernal y el segundo se llama el equinoccio de otoño u
otoñal, ya que los equinoccios marcan el inicio de la primavera y el otoño; son
las dos fechas cuando el día y la noche tienen la misma duración.
¿Lo entiendes ya? ¿Sí? Pues, el equinoccio
de primavera fue el 21 de marzo y esta
semana tenemos la primera luna llena de
primavera. Así que celebramos, como
acordaron cardenales y el Papa, la Semana
Santa. Otro año, la luna llena puede caer antes o después y de ahí que varíe la
fecha de la Semana Santa
¡Ah! Y para que vayas teniendo idea, la
palabra equinoccio, quiere decir noche igual al día, como te he dicho.
Y esta preciosa luna de Semana Santa la fotografié esta madrugada del día 15 deabril de 2014 para vosotros,
mis queridos nietos y nietas que dormís, mientras la abuela vela para poder ofreceros momentos
maravillosos. Muchos besos.