y yo las saludo con mi pañuelo.
Mi Gabriel a sus 10
años es ya -lo ha sido siempre- un niño muy trabajador y
responsable.
Ayer me dijo al teléfono: abuela,
tengo que llevar el viernes unas poesías y no sé cómo se escriben.
Y yo le dije: Vale. Vente
mañana y te enseño algo.
Así que, al día siguiente
por la tarde, nos pusimos a trabajar.
Yo
le dije: Vamos a empezar con una
muy sencillita que la vamos a dedicar a una pajarita de papel, y yo voy a
ir escribiendo lo que se nos ocurra a los dos. ¿Vale? Vale
Así que empiezo:
Un dos, un dos, un dos / pajarita de
papel / un dos, un dos a picar en ….
Ahora te toca a ti decir palabras que suenen bien
con dos. ¿Y
qué quiere decir que suenen bien? Verás,
lindo, hay sonidos que se parecen. Por ejemplo, el de una campanita y el de una
cucharilla, si la movemos en un vaso. Hay otros que no se parecen en nada. Por ejemplo, la
campanita y el sonido del tambor. Así
hay palabras que, al pronunciarlas, se parecen a otras. Por ejemplo, la palabra
dos, se parece a flor. ¿Entiendes?
Me
parece que sí.
Ea, pues escribe palabras que suenen parecido
a dos.
Y escribió: calor, sol, arroz, valor…
¡Bien!
Pues si decimos… a picar… ¿cuál palabra
elegimos? Arroz,
¿no?
¡Eso
es! Ya tenemos: Un dos, un dos / pajarita de papel / un dos, un
dos a picar en el arroz…
Pero vamos a tratar de hacerla más larga. Sigo yo.
¡Un dos, un dos! /¡Pajaritas
de papel! Pajarita bailarina a picar…
Venga, palabras que suenen,
se llama rima, con bailarina.
Escribió: harina, gallina, cocina, mandarina… ¿No? ¡Sí, muy bien!
Yo creo que la mejor –le dije- es cocina. Así que ya
tenemos un poemita que vamos a escribir enterito:
¡Un dos, un dos!
¡Pajaritas de papel!
¡Un dos, un dos!
¡A picar en el arroz!
¡Un dos, un dos!
¡Pajaritas de papel!
¡Un dos, un dos!
Pajarita bailarina
a picar en la cocina.
Ahora
te voy a escribir yo una para que me subrayes de rojo las palabras que te suenen
parecidas. Tengo muchas en un libro de poesías para niños. Esta se
titula… ¡Que llueva!
¡Que llueva, que llueva!
¡Que caiga mucha agua!
¡Que llueva, que llueva!
¡Que abra mi paraguas!
Que llueva para arriba
que llueva para abajo,
que llueva al derecho,
que llueva al revés.
¡Que llueva, que llueva
que no deje de llover!
Y
subrayó: agua, paraguas, revés, llover.
¡Estupendo! Otro día seguimos, pero
te voy a dar el libro para que vayas conociendo las rimas, o palabras que suenen parecido. ¡Vale! ¡Ah! Y otra
cosa: A ver si alargas más la pajarita de papel o escribes poemitas cortitos como,
por ejemplo, este:
En la punta de la nariz
La luna tiene un lunar
Por las noches se lo veo
Por las noches nada más.
¡Qué graciosa, abuela! Adiós,
mi niño precioso. Cuando seas mayor comprenderás que todo en la vida puede ser
poesía, si en nuestros ojos está instalado
el cristalito mágico del amor.