PARA TI ESTE GRACIOSO MONIGOTE,
HECHO CON FOTOCOPIA DE TORNILLOS, CLAVOS, ETC.
Mi querido Gabriel: otra vez de fiesta, y hoy con motivo
de tus cumpleaños: ¡Diez añazos! Esta mañana, nada más abrir los ojos, me dije:
¡qué gran día este en el que mi Gabriel cumple años de aquel emocionante
momento de su nacimiento!
Tenía que habernos visto a
todos allí, cerquita del quirófano dónde tu madre estaba a punto de traerte al
mundo.
Poco a poco nos íbamos
quedando en silencio, pendientes todos de ser los primeros en oír tu precioso
llanto con en que todos entramos en esta vida.
Y así fue. Al
oírte nos miramos y a una exclamamos: ¡Bieeen! Creo que todos nos emocionamos,
pero esta abuela tenía en el recuerdo tantas cosas… Sobre todo, ya lo imaginas,
al abuelo Mariano.
Sí, porque
él no tuvo tiempo de vivir momentos de tantas emociones como estos, aunque yo
creo que sí, que aunque no lo viéramos, estaba allí con nosotros y con tu madre, mi querida hija Belén, que tuvo que
pasar por una cesárea y por muchas cosas más con motivo de tu nacimiento, pero,
¡qué valiente!, ¡qué generosa y excelente madre!
Mira, mi
precioso Gabriel, una de las cosas más maravillosas que se pueden vivir es,
precisamente, esta: esperar el nacimiento de un
nuevo hijo, nieto, etc. esperar la vida.
Bueno, ya
tienes diez años, pero siempre has sido
un niño muy especial, y no lo digo porque sea tu abuela: es así tal y como lo
digo, tras conocer y tratar a tantos
niños y niñas como han pasado por mis aulas y por mi vida. Eres sumamente ordenado,
responsable, delicado, etc. etc. Y es por eso que tus cosas siempre me han
emocionado. Recuerdo aquel día que veíamos fotos. Tenías cinco años y tu
hermano tres. Él estaba muy gordito y no le gustaba verse. Tú le decías: ¡Si
ese soy yo, so tonto!
Jamás, jamás
podré olvidar aquella lección de amor que me diste, ni podré olvidar el cuidado
con el que le dabas el biberón a Gonzalo y, ¡tantas y tantas cosas impropias de
tus pocos años!
No hay comentarios:
Publicar un comentario