Queridos nietos y nietas: despedid a estas bellas hojas que fueron verdes, belleza y sombra en nuestros jardines y terrazas.
Para mí, en ese color dorado, es que mueren en oro.
Es decir, plenas de haber desempañado su papel en vida.
¡Ojalá podamos imitarlas!
¡Adiós, hojas lindas de mi terraza!
Volveréis a resucitar nuevas, cuando llegue la primavera.
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ResponderEliminarmas abrazos