EL ÁNGEL SIN TRABAJO
Se formarán tres
grupos. Cada uno de ellos leerá como una sola voz
NARRADOR:
En un libro muy
antiguo la siguiente historia leí y, de tanta risa que me dio, se me hinchó la
nariz. Cuenta la curiosa historia que andaba Dios de buen humor, paseando por
el cielo, cuando vio que un ángel bueno de parado se quejaba:
ÁNGEL:
¡No tengo trabajo!
¡No tengo destino! ¡No sé qué hacer! A mí no me gusta ser estampita de papel...
DIOS:
¡Te propongo una
cosa, ángel llorón y desgraciado!
¿Quieres de verdad trabajar?
ÁNGEL:
(Muy contento) ¡Sí,
sí; ya lo creo! Yo quiero trabajar y ser útil a los demás.
DIOS:
Pues, a la tierra
bajarás, y allí harás de mujer. Tendrás marido, hijos, hogar... y ¡trabajo,
mucho trabajo, no te ha de faltar!
ÁNGEL:
¡Bien, bien...! Seré
una buena mujer, que cualquier cosa prefiero, antes que ser estampita de papel.
NARRADOR:
Y de un soplo, Dios a
la tierra lo mandó, con delantar, fregona, cesta de la compra, con marido, con
hijos, con un bello hogar...
ÁNGEL:
(Muy contento) ¡Esto
es coser y cantar! ¡Venga ángel! -se decía- ¡A trabajar, a trabajar..!
NARRADORE:
Y Dios desde el cielo
lo observaba y moviendo la cabeza repetía:
DIOS:
Te espero al final
del día, y ya me dirás si es mejor ser mujer o dibujito de un papel.
NARRADOR:
Y llegó, al fin la
noche de aquel dichoso día, pero el ángel medio muerto, a Dios cuentas pedía:
ÁNGEL:
Yo te pedí trabajo,
yo no quería estar parado, yo no quería ser estampa de papel, pero... ¡vaya
bromita la de ser mujer!
NARRADOR:
Y Dios, que andaba de
buen humor, le propuso otra cuestión:
DIOS:
¿Quieres acaso volver
de varón..?
ÁNGEL:
(Entusiasmado) ¡Sí,
sí..! ¡Y te prometo no regresar, que lo de ser varón, ¡parece que me va más!
NARRADOR:
Y echándose Dios a
reír, le dijo:
DIOS:
¡Ahí te quería
pillar, ángel machista y comodón! Volverás a la tierra de varón, pero harás
justicia a la mujer porque, de lo contrario, no sólo serás dibujo de un papel, sino que pegado para siempre
quedarás en la pared, y si es poco el castigo, te mandaré un “gorrino” para que
duerma contigo.
NARRADOR: Y así acabó
la historia del ángel sin trabajo y sin destino que probó a ser mujer y del
miedo que pasó, hasta se le helaron los pies, pero aprendió la lección: iguales
deben ser mujer y varón.
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